Cuando nació mi primer hijo, le pregunté a mi esposa que qué hacía con aquello que me habían puesto en los brazos.
Ella me contestó, con un pragmatismo llamativo:
«Yo he hecho un curso de preparación al parto. Ya he parido. A partir de aquí, ni idea».
La respuesta me resultó de una lógica aplastante, pero no resolvía mi «problema».
Así que opté por preguntar a una profesional que pasaba por allí.
La pregunta fue parecida y la respuesta más breve:
«Huy, querido: instinto paterno».
Así que me quedé nuestro pitufo (y unos pocos años más tarde con nuestra pitufa) y tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha.
Cuando conseguíamos entender lo que ocurría, ellos iban cambiando (yo decía «mutaban» :-D) y eso nos hacía seguir improvisando y formándonos lo mejor que podíamos.
Con el paso del tiempo lo he traducido como que nos han ayudado a madurar y a ser mejores personas (espero), aunque ha sido tal el esfuerzo invertido que hubiera preferido más ayuda no interesada y menos ideologizada (telita algunas escuelas de padres, que no de familias).
Hemos leído muchos libros, asistido a cursos, grupos, lecturas, etc.
Este sitio web responde a la «necesidad» de volcar esa información (o formación) en un espacio para que les sea útil a ellos y a otras personas cercanas con ganas de aprender, no de tener razón.
No es útil para mí «tener razón» porque puntos de vista hay más que estrellas en el Universo. Bueno, esto es una gran exageración, porque estrellas hay muchas más que personas en el planeta. Gracias, Carl Sagan.
Esperamos que, al menos, para una estrella, sea útil.
Para nosotros y nuestros hijos lo fue.
Que lo disfrutes.