Estupenda crítica y análisis en Espinof.com, por Adrian Massanet.
Una de las mejores comedias del cine, seguramente:
- porque se basaba en la película original «Frankenstein» de James Whale 1931, que era una adaptación de una obra de teatro que a su vez adaptaba el relato de Mary W. Shelley. Vamos, que el tratamiento de la historia y de personajes estaba más que trabajado.
- porque es una conjunción parecida a la que hacía Billy Wilder con L.A. Diamond. Una colaboración entre Mel Brooks y Gene Wilder que dio unos frutos estupendos. En el caso de Brooks su humor nunca volvió a llegar a las cotas del Jovencito.
¿Por qué estar triste cuando puedes ver El Jovencito Frankenstein?
Resulta difícil hilvanar la comedia. Lubitsch decía que era una cuestión de ritmo, ni muy rápido ni muy lento. En este caso es una película casi extraña porque encadena una secuencia divertida detrás de otra y no decae. Uno piensa: ¿pero qué tomaron estos para que se les ocurriera tanta joroba, digo tontería???
El nieto del barón intenta dejar atrás los extraños experimentos de su abuelo pero una comunicación le obliga a volver a ¿Transilvania????. A pesar de sus reticencias iniciales retomará la investigación inicial y la llevará a cotas difícilmente superables 😀
«¿Otro? Bueno, el 7 siempre fue mi número favorito»
Repleto de chistes a cada cual más ingenioso la historia está montada sobre una estructura que respeta con una calidad muy alta los cánones de las películas originales de terror de la Universal: decorados góticos, fotografía en blanco y negro, melodías nostálgicas de violín que te llegan al alma y un conjunto de actores secundarios que tienen sus momentos de protagonismo brillante.
El ama de llaves terrorífica (una encantadora enamorada Cloris Leachman, de quien se asustan desde los caballos hasta el trueno), la ayudante interesada en los experimentos (aunque parece otra cosa, Teri Garr), el monstruo que no sabe cómo escapar de esa casa de locos (Peter Boyle, genial), el ayudante de laboratorio sin joroba (Marty Feldman) y la prometida del protagonista, una estupenda Madeline Kahn que quiere evitar todo contacto físico antes de la boda, pero que se encuentra con un problema de tamaño considerable para cumplirlo.
Hasta aparece Gene Hackman, lo que hace necesario un nuevo visionado de la película para quien no la haya visto nunca.
Vamos, que no sé qué haces leyendo.
A revisionarla. 😀
Siempre hay tiempo para leer el periódico :-DDD